Durante esta pandemia la Dra. Ana Mafé García ha estado preparando diferentes materiales didácticos relacionados con la historia del Santo Grial con la misión de poder explicar a jóvenes estudiantes las diferentes metodologías de investigación que existen en las disciplinas humanísticas. También desde la Humanidades se hace ciencia.
En concreto, se ha centrado en su bagaje como investigadora para poder enseñar las diferentes metodologías científicas con las que se puede abordar el estudio de un objeto desde la disciplina de la Historia del Arte.
Para ello, ha preparado un pequeño vídeo en donde se expone de forma muy breve y concisa los diferentes pasos que han de realizarse antes de abordar un escrito o un trabajo que se pretenda científico y divulgativo.
Hay dos cuestiones básicas a la hora de emprender una investigación. La primera es conocer qué se ha dicho sobre aquello sobre lo que queremos investigar. Y la segunda, pero no por ello menos importante, es saber quién lo ha dicho y qué autoridad académica tiene para ello. Es decir, aplicar una crítica de esas fuentes.
La crítica de las fuentes consultadas es fundamental para poder elaborar un correcto estado de la cuestión.
“El estado de la cuestión es un trabajo que consiste en una presentación completa, sistemática, objetiva e imparcial y, a la vez, suficientemente abreviada y clara de todos los principales resultados existentes en las investigaciones acerca de un problema o tema en cualquier rama del conocimiento […] tiene como finalidad señalar las vías de búsqueda que han sido abiertas, hasta el presente y para el futuro para la investigación”
(Zubizarreta, 1986, p. 63).
Un buen estado de la cuestión nos permita conocer todo aquello que se ha dicho sobre nuestro objeto de estudio y, a la vez, nos muestra todo aquello que se desconoce o de lo cual no hay suficiente literatura científica al respecto.
Un buen estado de la cuestión nos permite reformularnos las hipótesis correctas para seguir creando conocimiento.
Una lectura superficial sobre las fuentes y una ausencia de crítica sobre las mismas puede proporcionarnos un mal comienzo sobre la hipótesis de partida.
Todo lo expuesto indica que, antes de profundizar en una cuestión o de investigar un objeto, lo fundamental es conocer qué y quién ha creado conocimiento al respecto. Analizarlo y extraer las propias conclusiones dentro de lo que denominamos la crítica de las fuentes.
Una vez realizada esa crítica, es fundamental citar las fuentes del conocimiento. Si no se hace así, se puede incurrir en el plagio. Según la RAE, plagiar es: copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
Si deseas más información sobre la iconología, el método científico que domina la Dra. Ana Mafé García, lee el libro El Santo Grial publicado por la Editorial Sargantana.