Las parálisis del alma, las ataduras internas a veces no nos dejan movernos por el Mundo Inteligible, como diría Platón. Liberarnos de esas cadenas invisibles nos proporcionará pasar de un mundo pasivo a uno activo.
Pero las personas por circunstancias nos encontramos como perdidas y no podemos actuar de forma clara. Conocer que hay diferentes vías de crecimiento puede ayudar a levantarnos y caminar de nuevo en ese mundo del espíritu es una de las principales motivaciones que le llevaron a la Dra. Mafé a escribir su libro.
Siguiendo a Paltón, diremos que al Mundo Inteligible no se puede acceder con el uso de los sentidos, sino que se llega a él gracias al uso de la parte más excelente del alma, que para Platón es la razón. Para la autora es el mundo de lo espiritual, de la esencia de la existencia humana: la Luz entendida como Conocimiento tamizado desde el corazón (sabiduría) y el Amor, entendido como la verdadera motivación que nos lleva a la acción.
En el mito de la caverna de Platón, la metáfora del Mundo Inteligible es el mundo exterior al que accede el prisionero cuando pierde las cadenas.
El proceso de crecimiento hacia la Luz es el siguiente:
– La persona encadenada es consciente de que está sentada frente a un teatro de sombras chinescas llamado el Mundo Sensible.
– El Mundo Sensible es aquel que se corresponde al mundo que se aprecia únicamente con los sentidos físicos: vista, oído, tacto, olfato, gusto… Quien vive instalado en el Mundo Sensible se le considera un no-ser, un ignorante de fácil engaño (hoy diríamos manipulable). El personaje de Platón se hace constantes preguntas acerca de lo que ve en esas sombras chinescas a modo de escenario y se da cuenta que tras la sábana hay otra realidad completamente distinta a la que se muestra.
– Con movimientos lentos avanza por el escenario, intuye la luz de la entrada de la cueva en la que lleva años de oscuridad y engaño. Finalmente sale de la caverna. Platón dice que la luz que recibe es tan potente que le ciega… Que necesita tiempo para asimilar ese nuevo Mundo Inteligible.
Las jerarquías que establece Platón sobre las entidades (Ideas) que pueblan este mundo son muy interesantes. Vamos a citar las tres principales, según nuestro parecer.
La Idea de Bien es la que se sitúa por encima de todas las Ideas. En ciertos textos Platón (387 a. C. – 347 a. C.) parece identificarla con Dios.
Después Platón nos habla de la Idea de Belleza.
En tercer lugar, estaría la Idea de Verdad.
La filosofía platónica fue absorbida por el cristianismo a través de San Agustín (354 d.C. – 430 d.C.) y difundida en el Imperio Romano a partir del siglo V. San Agustín supone un puente entre la Antigüedad clásica y la nueva cultura cristiana. Su influencia neoplatónica llegará hasta el siglo XIII, cuando se redescubre a Aristóteles a través de la figura de Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274).
Así tenemos que, en la Edad Media, la corriente teológica y filosófica medieval que mejor representa el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, la escolástica, acaba utilizando parte de la filosofía grecolatina anterior a la figura de Jesús para comprender la revelación religiosa del cristianismo.
Resumiendo
En la filosofía escolástica hay dos tipos de Conocimiento: la razón y la fe. Dios las domina ambas (por supuesto).
En caso de conflicto, la fe prevalece siempre sobre la razón. Es decir, la teología (la exégesis de la Biblia) domina sobre la filosofía (el amor a la Ciencia).
Todo pensamiento debía someterse al principio de autoridad (principio pitagórico que impone un pensamiento único a través de la autoridad).
Hoy sabemos que el magister dixit (el maestro dice) es utilizado como una forma de falacia por quienes ostentan la autoridad en nuestros días. Es decir, una forma de comunicar con argumentos, que parecen válidos, pero no lo son…
¿Quiénes de nosotros sigue en la caverna de Platón tras 2.400 años de existencia?